No hay que insistir mucho a nuestros "peques" para que coman sandía, su sabor dulce atrae por lo general a la mayoría.
Con estos primeros calores, es una fruta muy recomendable para ellos, puesto que ayuda a mantenerles hidratados, y les refresca.
Pero además, la sandía es una fruta llena de nutrientes.
Contiene vitamina C, vitamina A, potasio y magnesio entre
otros.
Tiene licopeno y betacaroteno, dos sustancias con potencial
anticancer, y otros antioxidantes, cuyo poder nutritivo aumenta con la
maduración de esta fruta.
Su alto poder calmante de la sed es incuestionable, y
además, un estudio demostró que tomar sandía antes de un entrenamiento duro,
ayuda a reducir el dolor muscular al día siguiente, lo cual es perfecto para
nuestros pequeños deportistas.
Como también contiene Vitamina B6 ayudamos a su sistema
inmunitario, y aumenta los niveles de energía puesto que esta vitamina es
necesaria para sintetizar la dopamina, que es la hormona para sentirse bien.
Y con las variedades que existen actualmente “sin pepitas”
la convierten en una de las frutas preferidas con la llegada de la calor.
Una merienda estupenda, tanto en trozos como en batidos de frutas, ¿has probado a combinar en un batido sandía y plátano?
¡qué aproveche!
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